jueves, 17 de noviembre de 2011


“BOX TORO”, UN PERSONAJE FOLCLÓRICO

          Este personaje sin par es adorador consuetudinario de Baco; es orgulloso, no obstante, su origen humilde; dicharachero por costumbre y hablador sin ton ni son. Con sus amigos juega a las palabras fuertes, que a veces, se le esquiva porque cuando se le incita es una locomotora irrefrenable, y lo peor, es que no mide circunstancias ni con quienes se encuentra, abochornando al que se atreve a sostener con él algún debate de por sí inútil. Sin embargo, aunque aparenta un rostro arisco, cuando se le trata con tacto y dulzura se transforma en una máscara de alegría sin igual, fluyendo de sus labios un torrente de conversación ágil y formal, abriendo de par en par las puertas de su corazón constreñido.
          Ya se ha convertido en un retrato circulante del barrio, que es todo suyo, pues carece de un techo propio que lo cobije. Es tan conocido, que hasta por su sombra se le reconoce. Cuando se le llama por su verdadero nombre (Alejandro Uc Naal) no contesta, es necesario invocarle por su mote de Box toro.
          Este empedernido amigo cuando se descuida y le cae una leve llovizna le florece todo el cuerpo, pues es enemigo natural de Neptuno. Es notorio que sobre él se cierne un futuro incierto porque nació libre, sin luz ni bandera que le proteja, pues lo ha dicho siempre:
─ ¡Yo no necesito de nadie para sobrevivir, me bastan y me sobran mis callosas manos!
En la última fiesta (2008) estuvo a punto de visitar a Ah Puch, por causa de Baco, pero se sobrepuso y se le sentenció un fatal destino si continuaba con esa vida disipada. Actualmente se ha transfigurado en un ciudadano limpio y formal. ¡Quién lo hubiera conocido antes!
          Su diversión son las fiestas del barrio, tierra que lo vio nacer, y deja caer en cada año un ancla que no leva sino hasta después de concluida; un pedazo de solar que quiere tanto como yo: la colonia de Fátima.