viernes, 2 de noviembre de 2012

Para darle rienda suelta a la imaginación

NICTE-HÁ LEYENDA MAYA GUADALUPE A. BERZUNZA FUENTES Cierto día, caminando por un estrecho sendero, llegué hasta una laguna. Era el mes de Mayo y en medio de la laguna florecía una hermosa planta acuática cuyas flores blancas tenían un encanto tan especial que provocaban que todo el que pasara por ahí se quedara admirado tanta belleza. Yo, sentado a orillas de la laguna contemplaba alucinado las bellas flores cuando escuché unos pasos detrás de mí, volteé asustado y descubrí, recargado sobre un árbol, a un anciano indígena que me miraba con curiosidad. Me acerqué a él y le pregunté el nombre de la extraña flor y me contestó que se llamaba Nicte-Há (Flor de Agua) Le Interrogué el origen de la flor y me desgranó esta leyenda: En el pequeño reino de Kukum-Lets (Pluma Dorada), vivía Nohoch-Mak (Gran señor) un rey noble y sabio que tenía una hija muy bella llamada Nicte-Há (Flor de Agua). En este reino, cada mes de mayo, se acostumbraba a sacrificar a diez hermosas doncellas quienes eran arrojadas en la laguna en honor a la Diosa Hatzuts-Há (Agua Bella). Los nativos creían que habitaba el espíritu de la Diosa. En ese reinado vivía también un guerrero fuerte y valiente llamado Noh-Kán (Serpiente Real) quien estaba enamorado de la bella princesa Nicte-Há, ambos se querían y se juraban eterno amor. Aquel año, fueron escogidas las diez jóvenes y entre ellas se encontraba Nicte-Há. Las doncellas fueron apartadas del pueblo y encerradas en un templo donde disfrutarían de los más ricos manjares y vestirían los mejores trajes con la intención de recompensarlas por la vida que iban a perder. La bella princesa Nicte-Há estaba muy triste por su suerte ya que no volvería a ver a su amado Noh-Kan. Una noche, en que el guardia del templo dormía,Nicte-Há huyó y fue en busca de su amado Noh-Kán que estaba en su choza muy desconsolado, pero al ver a Nicte-Há su semblante cambió y los dos amantes se unieron en fuerte abrazo, ella exclamó: — ¡Oh Noh-Kán, no quiero irme de tu lado! —Nicte , si no fueras tan bella no nos separarían. — ¿Tú me querrías igual si fuese fea? — Sí, te querría igual, y tal vez mucho más. — ¡Oh, querido! Arreglaré esto, mañana volveré y ya nadie nos separará. Nicte salió de la choza y se dirigió a una más pequeña que estaba a orillas del poblado en donde vivía la bruja Tunich (Piedra). Nicte le contó su problema y Tunich le explicó: —Bella Nicté, no te aflijas, con este brebaje que te he preparado perderás la belleza y así no te separarán de tu amado. Al día siguiente, Nicté muy de mañana se tomó la pócima y se encaminó a la choza de Noh-Kán. Al llegar tocó la puerta y salió el valiente guerrero que al verla no la reconoció y exclamó: — ¿Quién eres tú? — ¿No me conoces? Soy tu amada Nicté. — ¡No! ¡No es cierto! ¡Nicté es muy bella y tú estás muy fea! ¡Vete! ¡No te quiero ver! — ¿Cómo? ¿Te asustas de mí? ¡Dijiste que aunque fuera fea tú me querrías igual! Al terminar de hablar Nicté decepcionada salió de la choza y corrió rumbo a la laguna. Al llegar pudo presenciar cómo las doncellas eran arrojadas al agua. Nicté desesperada se tiró a las verdosas aguas y en el contacto su rostro volvió a recobrar su hermosura. Al otro día, en medio de la laguna flotaba el cuerpo de Nicté que no se había ido al fondo por no llevar joyas como las demás doncellas; los indígenas que la descubrieron pudieron presenciar una extraña metamorfosis: el cuerpo de Nicté se transformaba en una bella flor , que es la que ahora cada mes de mayo surge de repente en medio de la laguna. Esta es la historia de Nicte-Há (Flor de agua) y de su amor por Noh-Kán (Serpiente Real). El anciano indígena terminó su relato y se perdió entre los árboles, yo tomé el sendero que me conduciría al poblado cercano. FIN

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