lunes, 16 de julio de 2012

Un sueño aùn en suspenso

UN TEATRO POLIFUNCIONA, INCLUYENTE.


Diagnóstico

                           
Una añeja inquietud, cual  mariposa traviesa alrededor de la luz,  ha permanecido prendida en la  mente de muchos inquietos calkinienses por la carencia de un teatro adecuado para la ciudad. Ante tal adversa circunstancia los actos culturales o de otra índole,  realizados en la Plaza Cívica al aire libre en un espacio acondicionado rudimentariamente, les resta solemnidad  y lucimiento. El teatro  existente en la actualidad no va de acuerdo con el  bagaje cultural de nuestra tierra. Me permito enumerar  las  razones que justifican lo antedicho:
Ø Las  actividades  corren el riesgo  de suspenderse  por el amago de la lluvia o cuando los participantes tienen que actuar bajo los candentes rayos del sol. 
Ø Parte del  público no acierta  a apreciar con claridad un acto en todo su esplendor  debido al piso plano, sin desnivel.
Ø De igual manera el graderío, más bien escaleras que funcionan como tal,  de concreto que desemboca en la explanada de la Plaza Cívica, utilizadas durante algún festival, no están orientadas correctamente  en perspectiva con  la visión del espectador, pues es incómoda la posición.
Ø El ruido producido por la gente, los gritos y obscenidades de los artistas  de carpa patrocinados  por empresas cerveceras, (espectáculos permitidas indebidamente por algunas autoridades (por dinero)   abochornan la buena imagen del pueblo porque actúan en un lugar donde transitan todo clase  de público,    y de igual forma la música de los juegos mecánicos (en carnaval, la Feria Artesanal) atolondran la atención y los oídos que desvirtúan cualquier festividad.
Ø La libertad que tienen  los niños de correr  de un lado para otro, específicamente   dentro del escenario en el momento de la participación de los artistas,  la cual  interfiere el pleno desarrollo del programa.
Ø El teatro es muy reducido de tal manera que provoca  el  amontonamiento de los grupos participantes,  y en consecuencia, evita la fluidez de las evoluciones de los artistas. En algunos carnavales  ha sucedido que algunas comparsas estudiantiles, por la cantidad de sus integrantes, hayan tenido la necesidad de bajarse  del escenario para poder cumplir a cabalidad con sus ejercicios, provocando con ello un desorden en las primeras filas y un problema de visualización de parte del  público de atrás.
Ø El mensaje transmitido por los conductores del programa se pierde por el barullo de la gente que transita entre los puestos de comida y los carros  ambulantes.
Ø A la  hora de la entrega de reconocimientos por las autoridades, el escenario se convierte en un caos  debido a la intromisión de una multitud de  personas, ajenas a la actividad, que  estorban y manchan  la solemnidad del acto.
Ø Y lo más penoso, un escenario falto de vestidores decorosos, y si acaso, para salir del paso, los organizadores  improvisan  toldos de alguna empresa refresquera o de cervezas, y a veces ni se instalan. Este detalle es muy delicado porque exponen a los artistas, que tienen la necesidad de cambiarse a cada instante por la exigencia  del acto, al impúdico riesgo de la mirada de los  morbosos  profesionales.
Todas estas inconveniencias señaladas,  lesionan en buena medida el  desarrollo de la cultura en Calkiní y disminuye la imagen digna de un pueblo que,  por antonomasia,  se ha caracterizado por el culto a las bellas artes. Esta lamentable situación nos ha  impulsado, como Asociación Civil,  de esta tierra pródiga, a entremeternos a sugerir, de buen modo, que esta pesadumbre  sea escuchada por las instancias correspondientes con la esperanza de que algún día  sea reconocida  que la cultura en Calkini es parte de su idiosincrasia, para orgullo nuestro, y que negarle ese derecho natural sería desconocer su potencialidad cultural.
Sugerencias
 Es costumbre que las autoridades en turno han preferido destinar,  en abundancia, recursos económicos  en  el deporte como es el caso del béisbol (La Liga Estatal Campechana), un acto loable,  pero  no  mucho más meritorio  que la  prioridad por la educación. La cultura es la credencial de un ayuntamiento porque con ella se cata la medida de la educación  de un pueblo, abstenerse en darle vuelo al pensamiento de la diosa Atenea es morir estrepitosamente, es sembrar  en tierra estéril cuando la sementera en Calkini  se muere de ansias  por ser fecundada. Si se quiere la permanencia de un equipo tradicional de beisbol, se pudiera contratar los servicios de algunos lanzadores y  un receptor y se completa con jugadores locales para darles la oportunidad de ganar experiencia. Una forma de ahorrar para el futuro.
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Justificación

Un teatro de la ciudad,  con todos los servicios requeridos, es decir, poli funcional— que incluya un museo de la cultura regional, un centro de estudios y difusión de la cultura, un centro de acopio y comercialización de la producción artesanal, una escuela infantil y juvenil de deportes, etc.—   cuajaría excelentemente en Calkini debido a que la educación  es su fuerte pues cuenta con un gran número de escuelas de todos los niveles desde el nivel inicial hasta la superior, incluyendo las sociedades culturales y de otra índole, sin descontar al H. Ayuntamiento con sus  continuas e innumerables actividades anuales y de relevante solemnidad. Esta obra sería  un extraordinario regalo  para la ciudad ya que permitiría a los usuarios el ejercicio pleno de toda actividad artística o de otro tipo, en cualquier momento del día, aún con la inclemencia del tiempo. Un teatro que no dejaría de ocuparse, en ningún momento del año.

Tomar con decisión  esta iniciativa daría muestras a la colectividad  sus competencias administrativas y políticas, y la historia local, en reconocimiento, transcribiría con letras indelebles este paso trascendental.
Vale la pena proporcionarle a Calkiní un símbolo de su cultura popular así como Tenabo lo ha conseguido desde hace varios años. Un teatro para la ciudad.
Calkini ya merece un monumento   en donde  pueda exhibirse  con orgullo su acervo  cultural en todas las áreas del arte y la cultura; un lugar en el cual el público  pueda disfrutar con toda comodidad   espectáculos de calidad diversa y de  cualquier otro género.
Calkini, ya debe aspirar a mejores expectativas de cultura y educación; la indolencia, la conformidad y la falta de aspiraciones de mejorar son enemigas del progreso. Nuestra tierra no está acostumbrada a rezagarse, siempre ha sido  punta de lanza, predispuesta a enfrentar cualquier encomienda en el campo que sea y salir airoso. Por algo se le ha otorgado el epíteto de la “Atenas del Camino Real”. No está de más señalar que el c. Gobernador actual en una de sus venidas a Calkinì aseguró la construcción de un teatro. A pesar de que ya está en la mitad de su mandado aún se confía en él.
Ubicación
Calkinì cuenta con terrenos rumbo al Colegio de Bachilleres con suficiente extensión o buscar otro lugar cuya  orientación pueda satisfacer la necesidad de las poblaciones estudiantiles.
Si pese al esfuerzo realizado por las autoridades superiores en turno no se logre encauzar en la práctica  esta sugerencia construyendo la obra en un lugar que cuente con un terreno con las dimensiones requeridas, aunque no cerca del centro,  bien valdría la pena que el teatro actual, es decir, el de la Plaza Cívica, se cambie de orientación el escenario, situándolo  en frente  de las gradas que bordean el jardín de la sociedad Aurora, pero construyéndolo de mayor tamaño y agregándole los baños y  vestidores. Incluso considerar  el desnivel del piso que permita al público de atrás mirar con libertad. Otra opción sería adecuar el Auditorio de básquetbol o utilizar el lugar donde se encuentra el PRI, que es patrimonio del gobierno municipal y no de ese partido,  pero habría que sopesar con agudeza los problemas que podría acarrear estas  salidas.  El campo 20 de Noviembre podría adecuarse para ese fin y construir otro. Aunque la prioridad sería un terreno fuera del centro que permita toda clase de libertades humanas y de tránsito.
Para concluir:
Valdría la pena  proporcionarle a Calkiní un lugar apropiado para la cultura, pero sin desligarse del deporte que también hace falta en la preparación integral de los jóvenes.

Sin otro particular reciba de nosotros, los que suscriben esta petición, un afectuoso saludo de estos eternos  románticos calkinienses que sólo han deseado, siempre… siempre,   lo mejor para su ciudad  y que sueñan con que algún día se vea  ostentándose  en la cúspide de la grandiosidad intelectual, lo cual bien  merecido lo tiene con la edificación de un Teatro de la Ciudad.





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