domingo, 10 de abril de 2011

Con pantalones se pierde la sensualidad

La mujer, origen de la vida,  sin lugar a dudas ha sido la creación más perfecta de la naturaleza madre. Todo gira en torno a ella. El interés del hombre es ella. Una simple sonrisa colmada de insinuaciones mil deshacen los sentidos de cualquier hombre que se precie de corazón insensible a los arrebatos femeninos. Una voz melosa y seductora cautivan el alma varonil. Toda ella, la mujer, no tiene suplencia en el bosque de las margaritas de un edén.

La mujer fue creada para enseñar sus atributos físicos y afectivos para la complacencia de otro ser que la busca siempre y muere por ella, sí hubiera necesidad. Esos brazos tersos y serpenteantes; esos hombros multicolores y redondos, Dios nos salve; esas pantorrillas de suaves y atrevidas ondulaciones; esa exhibición a propósito del nacimiento de sus pares de mórbidas palomas prestas a levantar el vuelo; ese par de cimbreantes lomeríos en un movimiento excitante y sin par; esas manos entrecruzadas sobre las rodillas como alas de mariposas usadas como biombos para resguardar el misterio de la vida ante las miradas ávidas e indiscretas; y aquella muestra inconsciente, a veces, de esos muslos en un entrecruce de piernas, en fin, ese ramillete de cualidades nublan los sentidos del varón y que hacen de la mujer una maravilla incomparable para los hombres verdaderos.


Pero esa canasta de particularidades femeninas, hoy se guardan egoístamente con el uso de una vestimenta: los pantalones. Pantalones que esconden celosamente los embrujos de la mujer. Vestuario que no muestra de manera natural la belleza morena o blanca que impactan la visión. Se han creado pantalones que enseñan provocativamente las formas de la mujer, pero no son suficientes. Los hay de mezclillas, o de fibra elástica (mallones) que a pesar de dibujar las ondulaciones de la mujer no se comparan con el vestido y hasta recaen en la vulgaridad ¿O acaso los pantalones favorecen en mayor grado las prominencias nalgatorias de la mujer como el push up? Como dicen los jóvenes: ¡nada que ver!

Lo único ventajoso que aprecio en los pantalones son su funcionalidad que les da a las mujeres  en el trabajo. Pueden movilizarse en cualquier actividad sin preocuparse de enseñar lo que el pudor no permite: ella puede zarandearse en la dirección que quiera sin mostrar sus tesoros que es la vida del hombre; estarse en cuclillas, la posición más incómoda para la mujer, sin brindar la oportunidad  a miradas lujuriosas; subirse a donde quiera sin preocuparse de esnseñar lo que al hombre le gusta soñar; sentarse con las piernas sueltas y en todas direciones y no mostrar lo que al hombre le gusta mirar. En fin, los pantalones sí tienen su ventajas para la mujer: protegerla de miradas indiscretas cuando se dedica a actividades que ponen en peligro el pudor de su sexualidad.

Toda mujercita debe vestir como mujercita para embobar a los hombres que ese es el destino natural para la cual fue creada. Sí no muestra sus encantos, no habrá velo en el altar. Los pantalones fueron creados para el trabajo, sí no que lo digan los gringos.

Es posible que  algunas mujeres  arguyan, (con justa razón) ¿y sí no tengo nada que mostrar y con los pantalones se me esconden mis defectos físicos? Bueno, para todo hay en la viña del señor, siempre habrá una pareja para cualquiera. Los pantalones le restan femineidad a las mujeres. La mujer debe lucir sus hechizos naturales, no con la máscara de los pantalones de la marca que sean que solo engañan a las incautas y perjudican a los hombres.

Es una opinión personal. Espero comentarios.










,

2 comentarios:

  1. hola buen dia. muy buena su observación. aunque los pantalones son comodos y si rox benditos pantalones jejeeje, pero bueno las faldas no hay que eliminarlas del guardaropa,

    ResponderEliminar
  2. Gracias por entrar a tu obra maestra que me dado una gran satisfacción porque de esta manera doy a conocer lo que más me gusta escdribir. Espero que no sea la última intervención.

    ResponderEliminar